Tras la llegada de esta tecnología al país, surge la necesidad de un marco normativo para el uso de datos biométricos que proteja la información de los usuarios. Adaptarse a los entornos digitales es hoy una realidad y una necesidad. Estudiar, trabajar, comprar o hacer trámites en línea son ahora tareas habituales para gran parte de la población mundial, es por ello que varias empresas de vanguardia trabajan para lograr una completa digitalización de las actividades humanas, pues están convencidas de que el futuro reside en el ciberespacio.
No obstante, para que ello ocurra, se requiere de un intangible valioso: los datos personales. Sin embargo, la ausencia de una normatividad que regule esta nueva forma de interacción representaría un riesgo a la privacidad de la humanidad.